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5.08.2007

ovnis y extraterrestres

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Ovnis: La historia y los Ovnis


Los ovnis siempre han estado presentes a lo largo de nuestra historia, incluso en algunos casos interviniendo en ella, estos hechos son ocultados por la Historia ortodoxa, la que se considera verdadera y es enseñada en todo el mundo.Seguidamente algunos pasajes de presencia ovni en nuestra historia: Tutmosis III el Grande y sus soldados, vieron objetos volantes no identificados, en el siglo XV a.c.
Alejandro Magno y Timoleón en el siglo IV a.c., también vieron objetos volantes no identificados.
Aulio Postumio, vio apoyada su batalla contra Tarquino y Ocatavio Manilio (año 498 a.c.), junto al lago Regilo, por la repentina presencia de dos extraños jinetes de estatura superior a la humana, que se pusieron a la cabeza de las tropas de Aulio Postumio y dieron vuelta a la batalla, a favor de Postumio.
En el año 322 a.c., Alejandro Magno fue ayudado por varios escudos volantes en formación triangular que propiciaron con su decidida intervención el asalto y toma de Tiro.
El día de la batalla de Cannae (aproximadamente el año 216 a.c.), entre los romanos y los cartagineses, estos observaron objetos redondos y otros en forma de navío, fenómeno que duro toda la noche.
En el año 205 a.c., en Fregallae (cerca de Roma) la noche se volvió como el día y en Setie una luz brillante fue vista volar de este a oeste en el cielo.
Año 173 a.c., cuando Postomio Paulo y P. Mario Scaevola eran Cónsules, en pleno día, con tiempo sereno y cielo despejado, una cosa como un arco fue visto en el cielo sobre el Foro Romano y sobre el Templo de Saturno.
Cayo Julio Cesar y Pompeyo en el siglo I a.c. vieron objetos voladores, también Constantino el Grande en el siglo III.
Año 99 a.c., cuando C. Murio y L. Velario eran Cónsules, en Turquinia, hacia la puesta del sol, un objeto redondo como un globo, escudo redondo o circular, cruzo el cielo de oeste a este.
En el año 90 a.c., en Aenarie, mientras Livio torso promulgaba las leyes al comienzo de las guerras itálicas, al amanecer, vino un sonido tremendo del cielo y una bola de fuego de color dorado cayó a tierra girando. Incrementó su tamaño, y fue visto elevarse del suelo y volar por el cielo, oscureciendo el disco solar con su brillantez.
En el libro VIII de la Eneida, Virgilio habla de ruedas que transportaban rápidamente a los dioses.
Cayo Suetonio refiere que el 1 de enero del año 49 a.c., Julio cesar se topo con una figura sobrehumana junto al río Rubicón.
La vida de César se ve salpicada de apariciones de apariencias sobrehumanas, entre las que destaca el objeto ígneo que cayó del cielo para precipitarse sobre el campamento de su adversario Pompeyo, en el año 48 a.c., para decidir la victoria finalmente a favor de César.
Año 42 a.c., en Italia, algo como un proyectil se elevó de la tierra con gran ruido y se desplazó hacia el cielo.
Tito Livio informa por su parte: “Naves fantasma han sido vistas brillando en el cielo… Mientras que en el distrito de Amitermo aparecieron en muchos lugares “hombres” con vestidos destellantes, de lejos y sin acercarse a nadie”.
En el “Libro de los Prodigios”, el historiador Julio Obsequens recoge textos originales de Cicerón, Tito Livio, Séneca y otros.Podemos leer allí: "Siendo cónsules Cayo Mario y Lucio Valerio, se pudieron ver en diversos lugares de Tarquinia un objeto que semejaba una antorcha encendida que súbitamente cayó del cielo. Hacia el anochecer se vio un objeto volador circular, parecido en su forma a un clypeus (escudo redondo usado por los romanos) llameante, que cruzaba el cielo del oeste hacia el este."


En el mismo libro se dice: "...en el territorio de Spoleto, en la Umbría, una esfera de fuego, de color dorado, cayó a tierra dando vueltas, después parecía que aumentase de tamaño, se elevo del suelo y ascendió hacia el cielo, en donde oscureció al disco del Sol con su claridad cegadora. Después desapareció en dirección al cuadrante este del cielo."
Flavio Josefo, nos cuenta que en el siglo I, se vio una espada volante sobre Jerusalén, que permaneció fija durante un año entero.
En otro pasaje del mismo libro dice: "En Marzo del año 2, bajo el reinado del emperador Tian yu, cierta noche una “estrella” surgió de la bóveda del cielo. Era cinco veces más grande que un celemi y volaba en dirección del noroeste. Descendió hasta 30 metros del suelo. Su parte superior lanzó luces de fuego de color rojo anaranjado. Sus luces llegaban a más de 5 metros. Se desplazaba como una serpiente, rodeada de numerosas “estrellas” pequeñas que desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Se vio una especie de vapor que subía muy alto hacia el cielo."
Plinio habla de objetos volantes no identificados en el Libro II de su "Historia Natural".
En el “Nuevo libro de los Tang”, capitulo XXII, dice: "el año 2 bajo el reinado del emperador Quian-fu, dos “estrellas”, una roja y la otra blanca, que medían como 2 veces la cabeza de un hombre, se dirigieron una junto a la otra al sudeste. Una vez parados en el suelo, aumentaron lentamente de tamaño y lanzaron luces violentas. Al año siguiente, una “estrella” móvil brillo de día como una gran antorcha, tenia el tamaño de una cabeza. Habiendo llegado del nordeste, sobrevoló dulcemente la región, para desaparecer finalmente en dirección noroeste."
El historiador Zhang Zuo, autor de la “Historia del Poder y de la Oposición”, escribe que: "el 29 de Mayo del año 2 bajo el reinado del emperador Kai Yuan, durante la noche, apareció una gran “estrella” móvil, del tamaño de una cuba, que volaba en el cielo del Norte, acompañada de otras “estrellas” más pequeñas; esto duro hasta el amanecer."
En el año 312 el pagano Constantino y todo su ejército contemplaron una cruz luminosa en el cielo.
Constantino el Grande obtuvo la victoria sobre Majencio en el año 312, después de que apareciera sobre sus tropas un enorme objeto volante no identificado en forma de espada.
En el año 577, una cosa como una lanza cruzó el cielo de Francia, de norte a oeste.
Beda en su “Historia Eclesiástica”, afirma que en el año 664 se presentó sobre las cabezas de las monjas de un monasterio de Parking, junto al Támesis, una sabana volante luminosa.
Mientras Carlomagno irrumpía en Italia (774), los sajones sitiaron Sigisburg, hasta que hicieron acto de presencia en el aire dos escudos volantes rojizos, que les hicieron huir precipitadamente y someterse luego a Carlomagno.
En el año 919, una cosa como una antorcha en llamas fue vista en el cielo y bolas brillantes como estrellas se desplazaron en el aire sobre Hungría.
En el año 1 094, en Inglaterra, una flecha de fuego fue vista volando en el cielo de sur a oeste, a las 7 p.m. del 1ro de agosto.
Año 1 118, en Francia, una cruz y una luna brillando blanco apareció en el cielo, y se creyó que el fin del mundo era inminente.
En el año 1 150, una cruz apareció en el cielo al mediodía, en Inglaterra, cuando el Rey Ricardo Corazón de León y Felipe de Francia se preparaban para hacer batalla contra Saladin, emperador de los Sarracenos.
El 24 de julio de 1 239, en Francia, era el crepúsculo, una gran estrella hizo su aparición, era como una antorcha, surgió del sur, y voló a ambos lados, emitió una luz poderosa en el cielo. Cambió de dirección hacia el norte, sin prisa, sin ninguna rapidez, pero exactamente como si quisiera ascender a un sitio en el cielo. Pero cuando llegó aparentemente al medio del firmamento, en nuestro hemisferio norte, dejo tras de si humo y chispas.
A medianoche, del 1ro de enero de 1 254, en el cielo claro y sereno y con la luna de 8 días, apareció repentinamente en el cielo una especie de nave grande, de diseño elegante, bien equipada y de variados colores maravillosos. Ciertos monjes en la Abadía de St. Albans en Hertfordshire (Inglaterra), la vieron durante largo rato, como si estuviese pintada y construida de planchas; pero finalmente comenzó a desaparecer.
El 6 de diciembre de 1 269, en el crepúsculo, algo raro y brillante, en forma de cruz, dio luz desde un lugar alto en el cielo e iluminó la ciudad de Cracow (Polonia).
El año 1 290 un inmenso disco plateado en Yorkshire (Inglaterra).
El 21 de Febrero de 1 345 una luz luminosa procedente de las montañas de Monserrat en Catalunya se desplazó en el aire hasta detenerse encima de la población de Manresa, cuyos habitantes siguen celebrando desde entonces anualmente la “Vanguda de la misteriosa Ilum”.
En el texto que figura en los anales de la Inquisición, el Dr. Eugenio Torralba afirma que efectuaba viajes desplazándose por el aire guiado por una nube de fuego, en 1 527.
Bernal Díaz del Castillo, cronista de Hernán Cortés, narra en su “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” que en el año 1 527 los expedicionarios españoles observaron en el aire, sobre sus cabezas una enorme espada larga, como entre la provincia de Pánuco y la ciudad de Tezcuco, que no se mudaba del cielo, durante más de 20 días.
En su misma obra, Bernal Díaz del Castillo menciona: "dijeron los indios mexicanos que vieron una señal en el cielo que era como verde y colorada y redonda como rueda de carreta, y que junto a la señal venia otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se venia a juntar con la raya colorada."
En el año 1 528, la ciudad de Utrecht (Holanda), estaba bajo sitio, cuando se vio algo cruel y extraño en el cielo, que aterrorizó a los ciudadanos e hizo creer al enemigo que tomaría la ciudad. Tenía forma de cruz justo sobre la ciudad, alta en el cielo, de color amarillo, y temeroso para observarse.
Cerca de Roma, el 13 de diciembre de 1 547, a las 3 de la tarde, con tiempo bueno y cielo sereno, un palo rojo y una cruz roja fueron vistos en el aire durante 3 horas.
Palos rojos fueron vistos en el cielo de Lisboa (Portugal), el 3 de enero de 1 551.
Se ven cilindros volantes sobre Nuremberg en el siglo XVI.
Una “columna brillante” se presentó la víspera de la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1 571.
En la "Relación sobre su primer viaje al Estrecho de Magallanes" del gran navegante español Pedro Sarmiento de Gamboa se refiere en una de sus partes lo acontecido el 5 de febrero de 1580. Dice textualmente así:"...Esta noche a una hora de noche, a la banda del sudeste cuarta al sur, vimos salir una cosa redonda, bermeja como fuego, como una darga, que iba subiendo por el cielo o viento. Sobre un monte alto se prolongó, y estando como una lanza alta sobre el monte, se hizo como media luna entre bermeja y blanca. Las figuras eran de esta manera (y siguen tres figuras: una en círculo, otra una elipse y la tercera un semicírculo)..."
También en el siglo XVI, una “viga aérea” vista por Benvenuto Cellini y unos globos ígneos que sobrevolaron Basilea.
El historiador catalán Jeroni Pujades escribe en su “Diari”, que en la madrugada del día 30 de Setiembre de 1 604, los habitantes del obispado de Urgell asistieron a un combate a aéreo a baja altura.

Objetos voladores no identificados sobrevuelan Cataluña en 1 604, los datos fueron recogidos por el “Diari” de Jeroni Pujades.
Ovnis vistos sobre el mediodía de Francia en 1 621.
Una “hostia volante” sobrevoló Braga en 1 640.
Una nube brillante en forma de espada, dirigiéndose hacia el norte, era tan brillante como la Luna, pero el resto del cielo estaba muy sereno. Comenzó como a las 11 de la noche y desapareció como a la 1 de la mañana. Sucedió al sur de Inglaterra el 10 de mayo de 1 643.
La bola volante que se vio en los cielos de Robozeno (Rusia), en 1 663.
El 9 de julio de 1 686, a la 1:30 AM, un globo de fuego, con una cola, apareció aparentemente a 8.5 grados de Acuario y se mantuvo inmóvil durante un octavo de hora. Su diámetro era como la mitad de la Luna. Daba tanta luz que, al comienzo, uno podía leer sin vela. Luego, desapareció en su sitio, pero muy gradualmente. Este fenómeno también fue visto por otros al mismo tiempo, en una ciudad a 17 Km. de distancia de Leipzig (Alemania).
En 1 802, el astrónomo alemán Fritsch vio “objetos raros” en el cielo.
En 1 816, un objeto volador fue visto cruzar el cielo en Edimburgo (Escocia).
En 1 818, un astrónomo en Ipswich (Inglaterra), vio un objeto extraño que estaba suspendido cerca del Sol durante 3 horas y media.
El 12 de febrero, 27 de abril y 7 de setiembre de 1 820, formaciones de ovnis fueron vistas en Emburn, al norte de Francia. Se desplazaban rápidamente y hacían curvas de 90 grados.
En 1 822, un astrónomo vio 2 objetos cruzar el disco solar.
En 1 826, en Saarbrucken (Francia), un “torpedo gris” fue visto caer a tierra, pero no se escuchó ninguna explosión.
En 1 833, un objeto brillante en forma de gancho fue visto suspendido sobre Ohio (EEUU).
En noviembre de 1 833, un objeto volador “grande y luminoso” es visto sobre las cataratas del Niágara.
Un vehículo gigante es visto suspendido sobre Cherbourg (Francia), en 1 836. Tenía forma ovalada y parecía girar.
En 1 845, objetos estacionarios sobre Londres y de color naranja, alarmaron a la población.
En 1 845, un astrónomo italiano observo una flotilla de discos cruzando el cielo de Nápoles.
En 1 845, un barco en alta mar observo 3 gigantes discos elevarse del agua y permanecer estacionarios en el cielo durante 10 minutos. Los artefactos eran tan enormes, que fueron vistos a 1 500 Km. de distancia por otros barcos.
Un disco volador cruzó el cielo de Florencia (Italia) en 1 845.
En 1 846, un disco grande brillante fue visto sobre Lowell, Massachussets, y dejó caer un trozo de “gelatina rara”.
En 1 846, también se vieron ovnis sobre Londres y sobre Inverness (Escocia).
El 22 de marzo de 1 870, el velero “La Sra. del Lago”, observó un objeto raro en el cielo y la tripulación llamó al capitán F.W: Banner, quien describió lo que vio como una nube circular, con un semicírculo dividido en 4 partes. Fue visto durante media hora.
En 1 870, un “objeto raro” fue visto cruzar el disco de la Luna, lo cual demoró 30 segundos.
En 1 871 un disco gigante y rojo fue visto sobre Marsella (Francia), durante 9 minutos.
El 6 de julio de 1 874 una nave enorme de 120 metros fue vista en Oaxaca (México), durante 6 minutos.
En la publicación “L’ Année Scientifique” aparece publicado en el año 1 874 la noticia del avistamiento de un gran número de objetos negros que cruzaban la Luna.
En 1 879, son vistos extraños objetos en el cielo, en pleno océano Pacifico, por el almirante Miguel Graú y su tripulación a bordo del monitor Huáscar.
En 1 880 fue visto en Francia un objeto en forma de cigarro y un disco saliendo de él.
En 1 880 aparecieron varios ovnis sobre Alemania.
En 1 882, el famoso observatorio de Greenwich en Inglaterra, detectó un “torpedo” volando en el cielo, que fue visto también en Bélgica y Holanda.
En 1 883, un objeto volador surcó todo el océano Atlántico, fue visto a un lado y al otro. Tenía una luz que salía del centro.
En 1 885 un objeto “redondo y raro”, fue visto sobre la isla de Bermuda.
En noviembre de 1 885, un astrónomo, entre muchos testigos, vieron un objeto gigante (de unas 5 veces el tamaño de la Luna) cruzar el cielo de Turquía.
En 1 885, el astrónomo José A. Bonilla publica un artículo en la revista “L’ Astronomie”, en el que explica que los días 12 y 13 de Agosto de 1 883 contempló desde el observatorio mexicano de Zacatecas, el paso de un total de 447 ovnis que en oleadas sucesivas cruzaban por delante del disco solar.
Un disco volador cruzo el cielo de Nueva Zelanda el 4 de mayo de 1 888.
El 22 de noviembre de 1 892, en el área de la Bahía de San Francisco, un gran objeto en forma de cigarro y con pequeñas alas fue visto por centenares de personas. Viajaba al noreste hacia Oakland. Horas después fue visto por miles de personas en pueblos al norte de California. El 30 de noviembre el objeto regreso nuevamente a San Francisco, viajando contra el viento.
En 1 892, un ovni es visto efectuando maniobras aéreas sobre Bahía Blanca (Argentina).
En 1 893 un aparato luminoso es visto sobre Francia.
En mayo de 1 893, el barco inglés H.M.S. CAROLINE, navegando entre Shangai y el Japón, observó una flotilla de discos durante 2 horas.
En marzo de 1 894, un objeto luminoso fue visto sobre Omaha, Nebraska. Luego, el 6 de abril una nave celeste hecha de metal entre 4 y 5 metros de largo, es vista por centenares de personas, nuevamente en Omaha.
El 9 de abril de 1 894, en Mount Carroll a 190 Km. de Chicago, observaron un objeto en forma de “huevo” desplazarse hacia Wausau, Wisconsin, donde unas 100 personas mas lo vieron.
El 10 de abril de 1 894, un ovni fue visto durante 15 minutos sobre Galesburg, Illinois. Mas tarde, al parecer el mismo objeto, fue visto en Eglin, Illinois, luego voló sobre Leedora y Newton, Iowa.
El 16 de abril de 1 894, un ovni con luces verdes y rojas fue visto desde Benton y otros pueblos en EEUU. El mismo día, un ovni voló a tan solo 200 metros sobre Washington D.C.
El 26 de agosto de 1 894 un astrónomo inglés vio un disco grande con una “cola”.
En 1 895, varios avistamientos en toda Inglaterra y Escocia.
El 20 de abril de 1 897, una nave en forma de puro de unos 60 metros de largo, cruzó el cielo de Sisterville, Virginia. Emitía luces verdes, rojas y blancas. Muchas personas salieron a la calle para observarla.
En 1 915 ocurre la famosa desaparición del Regimiento inglés de Norfolk, formada por cientos de hombres en plena guerra con Turquía. Ellos ingresaron en una misteriosa nube que se hallaba pegada al suelo, cuando el último hombre se había internado en la nube, esta se elevo y se alejo a gran velocidad en contra del viento. Nunca más se supo de la suerte de estos soldados.

Ovnis: Fenómenos misteriosos en la Luna


Entre las noticias más importantes del año 1994 --las masacres en Bosnia y Ruanda, el juicio del ex-futbolista O.J. Simpson en los EUA, y otras-- hubo una que pasó mayormente desapercibida por el público no especializado: se trataba del regreso a la Luna del programa espacial de los Estados Unidos a través de una pequeña sonda "desechable" denominada Clementine, cuya tecnología supuestamente era fruto de la entonces inactiva Incitativa de Defensa Espacial impulsada en la década de los '80 por el régimen de Reagan.
La falta de publicidad en torno a este lanzamiento espacial hizo que el controvertido investigador ovni George Andrews hiciese el siguiente comentario: "Resulta curioso que la primera misión espacial estadounidense a la Luna en más de 21 años no haya recibido más de dos pulgadas de espacio en los principales periódicos de la nación". Andrews agregó que el monto total de la misión Clementine -- $75 millones de dólares--debió haber llamado la atención de por lo menos algún interesado en el presupuesto gubernamental. Según un cable de prensa de la AP, la misión de Clementine 1 consistía en fotografiar nuestro satélite natural así como otro "asteroide inespecífico" (Geographos, nombrado en honor de la revista National Geographic) para probar un nuevo herramental defensivo, cuyas características exactas jamás se dieron a conocer.
Las largas vacaciones que se tomó la NASA de la exploración lunar han sido racionalizadas por los investigadores como la consecuencia de la indiferencia pública ante la exploración espacial, o la hostilidad abierta de dicho público ante el costo elevado de las sondas espaciales. También se ha dicho que en la Luna no se hicieron descubrimientos excitantes, y que lo verdaderamente emocionante de la investigación espacial reside en las arenas rojas del planeta Marte o en las riquezas minerales del cinturón de asteroides. Luego de haber transportado ochocientas libras de roca lunar a una distancia en exceso de doscientas mil millas, la ciencia actual parecía saber todo lo había que saber sobre nuestro único satélite natural.
Al menos, así lo parecíaLa realidad del asunto que la NASA jamás se olvidó de la Luna, ni siquiera durante los momentos más oscuros de los recortes presupuestarios realizados por el senador Bill Proxmire a fines de los '70 (Proxmire ordenó la destrucción de las instalaciones y herramientas utilizadas para construir los enormes lanzadores Saturno V que llevaron el hombre a la luna). Se ha observado que durante el Programa Vikingo para la exploración de Marte, la NASA había propuesto el uso de un módulo de descenso parecido al Vikingo I para colocar más de 1000 libras de equipo científico en cualquier parte de la Luna, aún en la cara oscura, mientras que un aparato orbital proporcionaba comunicaciones con la Tierra. Durante la década de los '80, la ex-astronauta Sally Ride presidió el comité encargado de explorar la mejor manera de regresar a nuestro satélite como trampolín para tareas de exploración más arduas, como la de Marte.
Sin embargo, existían otras líneas de pensamiento que proponían hechos sumamente intrigantes, tales como el hecho de que el proyecto Apolo no había sido más que un disfraz elaborado y de baja tecnología para ocultar el altamente sofisticado programa de exploración militar que efectuaba la exploración verdadera. Muchos llegaron al grado de sugerir la posibilidad de que ya se habían establecido bases debajo de la superficie lunar, excavadas por maquinaria sacada de una pesadilla. Y hubo otros--habitantes en la tierra fronteriza entre la cordura y la locura--que contaron historias sobre bases extraterrestres, lides entre humanos y extrahumanos, y el hecho de que la luna era una esfera perfectamente hueca.
Colocando la paranoia a un lado, muchos creen aún que este reavivamiento de interés en la Luna resulta altamente sospechoso. Uno de los principales argumentos esgrimidos es la extraña circunstancia de que ambas superpotencias perdieron interés en la luna casi al mismo tiempo: el altamente exitoso programa Lunakhod de la Unión Soviética tocó a su fin siete meses después de que se produjera el despegue de la misión Apolo 17 de la superficie lunar el 7 de diciembre de 1972. El centro de mando espacial soviético en Baikonur perdió contacto con el Lunakhod 2 misteriosamente en las inmediaciones del cráter Le Monnier, a tan solo 110 millas del punto de aterrizaje del Apolo 17. ¿Habrá sido cierto, entonces, aquel rumor de que los humanos habían sido echados de la Luna por intrusos, y que nuestras sondas lunares habían sido plagadas por intensa actividad OVNI?La agencia noticiosa UPI hizo eco de una noticia circulada por TASS, el servicio noticioso de la Unión Soviética sobre un hecho ocurrido el 14 de febrero de 1973: el Lunakhod 2 había descubierto una losa de piedra inusualmente lisa, casi parecida al tabique de una estructura humana, en las cercanías de las montañas Tauro. La losa guardaba un parecido extraordinario al célebre monolito descrito en la novela 2001: La odisea del espacio por Arthur C. Clarke.
Preguntas sin respuestaEn la década de los '70, una serie de artículos de prensa sugirieron la posibilidad de que los primeros astronautas habían encontrado naves e instalaciones extraterrestres tanto en el Mar de la Tranquilidad y como en otros puntos de la geografía lunar. Las transcripciones de las conversaciones entre Houston y los distintas expediciones lunares apuntaban la posibilidad de que los intrépidos astronautas estaban en una situación muy fuera de su alcance. El día de navidad de 1968, se produjo un evento extraordinario: mientras que la cápsula Apolo 8 circumvalaba la esfera lunar, las comunicaciones quedaron interrumpidas por un espacio de seis minutos que parecían interminables. Después de este lapso, los controladores en Houston pudieron escuchar que el astronauta James Lovell decía: "Acaban de decirnos que existe Papá Noel." Los aparatos de monitoreo clínico en tierra comprobaron que el pulso de astronauta había saltado repentinamente a 120 pulsaciones por minuto, habiendo permanecido en la gama normal antes del evento.
El aterrizaje de la misión Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad fue caracterizado por la singular "serenata" de sonidos-- que asemejaban los silbidos de un tren y ruidos de maquinaria-- que interrumpieron el canal de comunicación segura entre el Módulo de Excursión Lunar y CAPCOM en Houston, haciendo que este último preguntara a los astronautas "si tenían compañía allá arriba".
Existe también la creencia muy arraigada, aunque totalmente carente de mérito, de que la misión Apolo 13 (inmortalizada por la película del mismo nombre protagonizada por Tom Hanks) casi fue destruida por un haz de energía disparado por un OVNI contra el módulo de servicio. No obstante, "algo" ha disparado contra nuestros astronautas: un objeto parecido a un proyectil, con una rapidez inverosímil para las condiciones lunares, surcó el espacio justo sobre las cabezas de David Scott y James Irwin de la misión Apolo 15, mientras que los tripulantes de la Apolo 16 fueron sorprendidos por el destello de un haz de luz en el cielo negro de nuestro satélite. Más alarmante aún fue el encuentro cercano con lo desconocido que tuvieron los astronautas Gene Cernan y Harrison Schmitt: una fuerza invisible hizo explotar la antena de alta ganancia en su vehículo lunar. La transcripción de las comunicaciones entre los exploradores lunares y el módulo de mando, que permanecía en órbita, sigue siendo un misterio hasta la actualidad. Los astronautas en el coche lunar dicen: "Sí, explotó. Algo voló sobre nosotros justo antes...todavía..." mientras que el otro responde: "¡Dios! Pensé que nos había impactado un...un... ¡miren aquello!" El intercambio entre los astronautas queda interrumpido por la voz lacónica del control en Houston, asegurándoles que otras misiones han experimentado el mismo fenómeno. Según declaraciones hechas por el doctor Farouk El-Baz, el prestigioso geólogo de la NASA, los extraños objetos debían ser catalogados como OVNIS, puesto que no existían naves soviéticas ni estadounidenses capaces de alcanzar velocidades tan vertiginosas.
En diciembre de 1969, el físico nuclear Glenn Seaborg, quien ejercía el cargo de presidente de la Comisión de Energía Atómica de los EE.UU. (AEC), manifestó durante una visita a Moscú que la misión Apolo 11 había descubierto "huellas sospechosas" en la cara oculta de la luna...huellas que parecían haber sido hechas por alguna clase de vehículo. Esta declaración no sorprendió en lo más mínimo a mucha gente, especialmente los astrónomos encargados de catalogar los "fenómenos lunares transitorios" y la aparición y desaparición de distintivos extraños en la superficie de nuestro satélite. Desde el siglo XVIII, la comunidad astronómica venía interesándose por las luces que podían ser vistas en ciertos cráteres y en los "mares" lunares. A lo largo del siglo XIX, el cráter Aristarco hizo gala de luces blancas de gran brillantez que fueron descartadas como ilusiones ópticas hasta que un grupo de observadores las vio despegar de la superficie del cráter. Este cráter, altamente visible desde la tierra, siguió siendo una fuente de actividad extraña hasta bien entrada la década de los '60.
Pero los eventos de alta extrañeza no estaban circunscritos al cráter Aristarco: el cráter Platón --uno de los más visibles a simple vista de la tierra-- reveló luces parecidas a la de una procesión de vehículos, y los tripulantes del Apolo 8 habían hecho la observación de que el Monte Pickering, situado entre los cráteres Messier y Pickering, parece emitir haces de luz. Todo esto parecía indicar que lo escrito sobre este cuerpo celeste supuestamente muerto estaba equivocado, o que sus "inquilinos" estaban sumamente atareados.
A mediados de los '70, con el programa espacial tripulado de los EE.UU. en situación de inactividad, aguardando la llegada del transbordador espacial, y con el recuerdo de las misiones lunares desapareciendo paulatinamente de la memoria del público, varios antiguos empleados y asesores de la NASA comenzaron a formular sus propias opiniones sobre lo que habías sucedido a un cuarto de millón de millas de la tierra durante los lanzamientos del proyecto Apolo. La prensa ovnilógica de aquellos días inevitablemente publicó notas extensas sobre las conversaciones sostenidas entre los astronautas y el control de tierra, haciendo hincapié en los incidentes anómalos y fenómenos extraños e inesperados.
El doctor Maurice Chatelain, antiguo jefe de comunicaciones de la NASA, expresó la creencia controvertida de que tanto las misiones lunares soviéticas como estadounidenses habían sido "vigiladas" por ovnis. Los autores civiles también manifestaron su parecer al respecto con sugerencias atrevidas, pero ninguna tan sorprendentes como las vertidas por George Leonard, autor profesional que había trabajado para varias dependencias del gobierno, en su libro Somebody Else is On the Moon (Hay alguien más en la Luna), el resultado de un análisis minucioso de las miles de fotografías de la superficie lunar tomadas por la NASA. La teoría de Leonard era que la Luna estaba habitada por una raza inteligente de origen extrasolar cuyas actividades eran claramente visibles a los instrumentos de nuestros astrónomos...actividades que fueron la razón verdadera de la "carrera por alcanzar la Luna" en los años '60.
Las fotos, según Leonard, presentaban evidencia borrosa de enormes dispositivos de excavación extraterrestre de hasta cinco millas en diámetro, así como otros aparatos que supuestamente circulaban en la superficie lunar. Las más impresionantes de estas estructuras eran las enormes "torres" que parecían proyectar sombras cuya extensión se medía en millas. Las torres parecían estar compuestas de un material completamente ajeno a la roca lunar que les rodeaba."La Luna está firmemente bajo el control de quienes la ocupan", escribió Leonard en su obra. "Su presencia es visible por doquier: en la superficie, en la cara visible y en la cara oculta, en los cráteres, en los mares y en los altiplanos. Están cambiando la faz de la Luna. La sospecha o el reconocimiento de ello fue lo que disparó los programas de exploración rusos y estadounidenses, que más que competencia, parecen una cooperación desesperada".
Otras notas periodísticas se concentraron en aspectos igualmente controvertidos e igual de difíciles de verificar, como la enorme discrepancia entre las edades de las distintas rocas lunares recolectadas en distintas partes del satélite--aspectos tratados exhaustivamente por el astrónomo Don Wilson en sus libros Our Mysterious Spaceship Moon (NY:Dell, 1975) y Secrets of Our Spaceship Moon (NY: Dell, 1979). La tesis de Wilson se relacionaba con la posibilidad, señalada por el astrónomo Gordon McDonald en 1962, de que nuestro satélite fuese un cuerpo completamente hueco, dada la densidad reducida de su interior. Dada la imposibilidad de tener cuerpos celestes huecos, los rusos Vasin y Scherbakov lanzaron la intrépida hipótesis sobre el origen artificial de la luna.Para finales de la década de los '70, la fiebre producida por las anomalías lunares había menguado considerablemente y no volvió a comentarse nada sobre ellos hasta 1996, cuando el investigador Robert Hoagland presentó una serie de fotografías altamente curiosas en una conferencia celebrada en el National Press Club de la ciudad de Washington, D.C.
Agrupados bajo el nombre Enterprise Mission, el ex-piloto de pruebas Ken Johnson de la NASA, los geólogos Ron Nicks y Brian Moore y el mismo Hoagland indicaron que muchas de la fotos lunares tomadas por la misión Apolo 12 indicaban peculiaridades que jamás habían sido tomadas en cuenta: estructuras casi sacadas de la fantasía con nombres como "el palacio de cristal" (fotografiado a una altura de 15 millas sobre la luna cerca del cráter Hyginus) y "el Castillo", una enorme estructura vítrea flotando sobre la superficie lunar a más de nueve millas de altura. Los comunicados de prensa emitidos por la Enterprise Mission por Internet y otros medios apuntaban: "estas películas oficiales de la NASA, analizadas por un espacio de cuatro años con tecnología que no existía hace 30 años, cuando se tomaron las originales, representan prueba innegable de la existencia de estructuras artificiales de gran antigüedad en la Luna".
¿Llegaron primero los Rusos?Aunque la historia siempre dirá que Armstrong, Aldrin y Collins fueron los primeros humanos en llegar a la Luna, este hecho siempre estará matizado por la incómoda realidad de que la antigua U.R.S.S. había lanzado, en enero de 1959, lo que se piensa era un vehículo de tres etapas diseñados para llegar hasta la Luna: la sonda Luna 1 pasó a tres mil millas de nuestro satélite, y las demás sondas pertenecientes a dicha serie de lanzamientos progresivamente lograron orbitar y hacer aterrizajes suaves en la Luna mientras que los primeros intentos de EE.UU. por llegar al espacio seguían atascados en la plataforma de lanzamiento. No se puede negar, entonces, la posibilidad de que una misión tripulada secreta perteneciente a la U.R.S.S. haya alcanzado la Luna.
Existe un incidente que puede servir como inquietante corroboración a estas misiones rusas: mientras que el módulo de mando de la misión Apolo 17 sobrevolaba el cráter Orientalis, el piloto Al Worden afirmó haber visto un objeto de manufactura humana, de luces pulsantes, en el fondo del cráter. El control en Houston formuló la interrogante: "¿Acaso creen que se podrá tratar de Vostok?" Durante su siguiente órbita lunar, Worden pudo observar el aparato nuevamente.
El programa Vostok correspondía a los primeros lanzamientos tripulados de la Unión Soviética, y algunos de ellos siguen ocultos en el secreto más absoluto. En 1969, un sistema de clasificación de la NASA acerca de los supuestos vehículos de lanzamiento utilizados por la URSS identificaba seis categorías distintas desde la "A" a la "G", esta última letra designaba al "gigante de Webb", un lanzador de dimensiones colosales identificado por el administrador de la NASA, James Webb, como el vehículo ruso utilizado para llevar tripulación e instrumentos hasta la Luna.
La odisea del sargento WolfeUna de las presentaciones de mayor impacto en el Disclosure Project auspiciado por el Dr. Steven Greer lo fue el testimonio grabado del sargento Karl Wolfe de la Fuerza Aérea de los EE.UU (USAF). A mediados de la década de los '60, el sargento se desempeñaba como técnico fotográfico militar, y un buen día recibió órdenes de sus superiores para personarse en la base aérea Langley, donde se había recibido la información visual obtenida por la sonda Lunar Orbiter. Recogiendo sus instrumentos, Wolfe se desplazó hasta la base Langley, donde unos oficiales le llevaron a un hangar que contenía el laboratorio fotográfico de la base. El local estaba vacío salvo por otro militar de bajo rango encargado de procesar el material fotográfico, negativos de 35 milímetros que eran convertidos a su vez en mosaicos de dieciocho pulgadas. Cada tira de negativos correspondía a una pasada de la sonda sobre la superficie lunar.Dio la casualidad que el aparato empleado para el procesamiento de imágenes no funcionaba, y ambos hombres se sentaron a esperar a que les trajesen otro. Repentinamente, el otro militar le dijo a Wolfe: "Por cierto, hemos descubierto una base en la cara oculta de la Luna."
Wolfe no ocultó su sorpresa, preguntando enseguida a quien le pertenecía, ya que faltarían varios años para el programa Apolo iniciase sus exploraciones. Seguro que los rusos --o hasta tal vez los misteriosos chinos-- se habían adelantado a Estados Unidos. Pero el otro hombre repitió que efectivamente, había una base en la Luna."En ese momento," confiesa Wolfe en la grabación hecha para el Disclosure Project, "sentí miedo. Si alguien hubiese llegado a entrar en el laboratorio, sabía que estaríamos en peligro por haber hablado sobre esta información."
Pero no apareció nadie, y para su mayor sorpresa, el técnico fotográfico de la base Langley le mostró uno de los fotomosaicos que presentaba una base artificial en nuestro satélite, con figuras geométricas, torres, construcciones esféricas de gran altura y estructuras parecidas a platos de radar, pero de proporciones colosales. "Algunas de ellas," apunta Wolfe. "tenían un dimensiones que superaban la media milla".Las misteriosas estructuras lunares parecían tener un revestimiento reflectivo, mientras que otras guardaban cierto parecido con las torres de refrigeración de las centrales nucleares. Tan reveladora era la información visual que Wolfe llegó al punto de no querer ver nada más, sabiendo bien que peligraba su vida. "Me hubiera encantado seguir mirando, y haber hecho copias," admite el sargento,"pero sabía que era un riesgo enorme, y que el joven que me había enseñado los fotomosaicos estaba excediendo su autoridad al mostrármelos."
La singular experiencia del sargento Wolfe recibió cierta corroboración por parte de Larry Warren, el controvertido testigo principal del célebre incidente ovni en la base angloestadounidense de Bentwaters en el Reino Unido. Después de su experiencia, la cúpula militar llevó a Warren y otros soldados a un cuarto de proyección donde se les enseñó un rodaje extraordinario: tomas de la superficie lunar que permitían ver estructuras cuadradas de color arenoso, y en primer plano, el coche lunar Rover utilizado por los astronautas, que podían ser vistos apuntando hacia las estructuras.
¿De vuelta a la Luna?Resulta curioso que la desapercibida sonda Clementine haya sido fruto de la tecnología bélica del escudo antimísiles conocido como "Star Wars" y no de los altamente exitosos programas de exploración planetaria de la NASA. ¿Significa esto que algunos de los sistemas ofensivos desarrollados bajo este programa del régimen de Reagan sean capaces de garantizar la defensa de nuestras propias sondas contra las "fuerzas hostiles" que ocupan la Luna? La ciencia ficción a menudo se adelanta a la realidad científica: la misión de Clementine incluía una visita a la Luna seguida por un vuelo en pasada a un asteroide para probar sus equipos. El borrador de la novela 2001: La odisea del espacio nos presentaba a la tripulación de la nave Discovery desplegando un espectroscopio láser como arma contra un pequeño asteroide. ¿Perseguirían un fin semejante las maniobras de la sonda Clementine?El regreso de la NASA a la Luna en 1994 fue un evento razonablemente exitoso, ya que Clementine transmitió más de dos millones de fotografías sobre las regiones polares de la Luna, posiblemente descubriendo la existencia de hielo en uno de los cráteres del polo sur lunar, incluyendo fotografías de excelente calidad de algunos de los cráteres y relieves misteriosos. Sin embargo, el ambicioso plan de probar sus instrumentos contra el asteroide Geographos no llegó a realizarse: se perdió contacto con la sonda antes de que finalizar su misión, cayendo en una órbita solar inservible debido al fallo de uno de los generadores de empuje.
Al igual que en el caso de otras pérdidas sufridas por el programa espacial, como la del Mars Observer, hay quienes creen que el silencio prematuro de Clementine representa otro acto de interferencia por fuerzas desconocidas opuestas a nuestra exploración del espacio.
Por Scott Corrales